sábado, 4 de febrero de 2012

LOS OJOS DE LOS HOMBRES


Los hombres fuertes no limpian sus ojos

Porque son calientes.

Dos brasas que atraviesan el mundo

Paralizan el mundo

Hacia fuera o hacia adentro.

Pero los hombres cálidos

Tienen sus ojos de agua.

Son espejos de universos

Con torrentes y cascadas.

Espuma de mar en la roca fracturada

y arrastrada por el viento.

Hasta los rostros sin tiempo

De las pétreas gárgolas de rostro adusto, de ojos rojos

Que vigilan sus despojos en un templo vacío

Mientras lloran con las lágrimas prestadas

Por el húmedo rocío que la brisa trajo en la mañana.

¡Cuánto tiempo en nuestro encierro hemos perdido!

Los hombres rápidos se olvidan de las cosas

Y sus ojos son como látigos de fuego

Como el lobo que mata a su presa

Y tras devorarla ansioso, se aleja inquieto.

Pero los hombres lentos siempre esperan y sueñan

Con los ojos abiertos

En las hojas de un otoño

De flores que abren

Minúsculas trampas

Para aquel que se adentra

Dentro de un alma

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